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Historias de la Segunda Guerra Mundial a través de las valientes corresponsales femeninas

man in black suit riding on black motorcycle

La corresponsal de guerra Gerda Taro y su sacrificio ⁣en la Batalla de ⁤Brunete.

En 1937, la fotoperiodista Gerda Taro perdió ‌la vida en la batalla de Brunete, convirtiéndose en una de las⁣ primeras mujeres en morir en servicio durante un conflicto bélico. Su sacrificio inaugura la ​lista de‍ heroínas que se‍ sumarían a la cobertura de la Guerra Civil en España, dejando sus confortables redacciones para informar desde el frente sobre el avance de la agresión contra la civilización.

La Biblioteca del⁣ Congreso de Estados Unidos tiene registradas 117 periodistas‍ mujeres estadounidenses ⁣acreditadas​ como‌ corresponsales durante la Segunda Guerra Mundial. Sus nombres aparecen en los ​créditos‍ de publicaciones como el New York Times, revistas como Life o agencias como Associated Press. Cada una⁢ con su⁣ historia, sus‌ crónicas sobre ⁢la dignidad, el‌ coraje y, por supuesto, la igualdad.

Varias de estas mujeres ya se habían⁤ adentrado ⁣en el mundo del periodismo de guerra en la contienda española, enviando reportajes ⁣a sus respectivas publicaciones como las legendarias‍ crónicas de Ernest Hemingway. Como⁤ su pareja y luego ​esposa, Martha Gellhorn, ‌quien cubrió diferentes conflictos bélicos como la guerra chino-japonesa, el Desembarco de Normandía o la liberación del ⁣campo de concentración de Dachau en 1945. En una de sus piezas, titulada «Dachau: experimental murder», narró el recorrido por los trágicos sucesos del lugar. Sin embargo, a pesar de su ⁤talento⁢ y coraje, La ‌revista Collier’s, no le acreditó para el Día D. Contrariamente, Hemingway no tuvo⁤ problemas en ser acreditado para el mismo. Por ello, Gellhorn viajó a Europa ⁤como ⁤voluntaria de la Cruz‌ Roja,​ convirtiéndose ⁢en camillera en las playas de Normandía‌ mientras tomaba notas mentales sobre todo lo que ⁢presenciaba.

La Segunda Guerra Mundial fue testigo de una gran ⁤ola de mujeres periodistas que se sumaron a la​ cobertura ⁣de los conflictos armados en diferentes partes del mundo, rompiendo con los estereotipos y demostrando su valentía y destreza en un ámbito dominado por hombres. Su contribución a la historia del periodismo es⁤ invaluable, dejando ⁢constancia de la importancia de la presencia femenina⁣ en el ⁣campo ⁣de ​las comunicaciones.

rnrndescriptivo y «olor a pueblo», el día a día de las mujeres rusas en el frente de batalla. Casanova,‍ sin embargo, se quejaría con rapportedeur de sus colegas del género masculino: «Ni camaradería, ni ⁢ayuda posible, ni generosidad, ni respeto en‍ nuestra misión, ni admitidos como periodistas».

En diciembre de⁢ 1937, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid acogía el I Congreso Internacional de Escritoras en Defensa de la Cultura. Frente a las exigencias del régimen franquista de‌ que las mujeres se ‌ocupasen exclusivamente del hogar, la ⁤reunión, con una asistencia de tres mil escritoras, reivindicó b>el derecho de la mujer a expresarse por sí misma, a trabajar en lo que quería, a pensar por su propia cuenta y a ser dueña de lo que escribía.⁣ Una de las ‍redactoras del Manifiesto «Mujeres españolas en ‍defensa de la​ cultura», María Zambrano, vivió en carne propia ese ⁢ideario.

Estaba en San Pedro de Alcántara, en casa de​ Victoria Kent y Louise Crane, cuando los franquistas detuvieron a su padre y le confiscaron una primera versión del manifiesto, firmado por decenas de intelectuales femeninas. Las hijas⁤ de Manuel Azaña lo enviaron a París,‌ donde se ⁣publicó en formato de cuaderno, con el «aval» de personalidades como Gide, Huxley, Katherine Mansfield,‌ Vicente⁣ Huidobro, Jules Supervielle o Maritain. Un año después, se publicó en México y luego se editaría en Bélgica, ‌República Dominicana, Chile, Uruguay y Argentina.

La lucha de las mujeres por ser corresponsales de guerra

Muchos obstáculos surgieron al querer incursionar a las mujeres como corresponsales de guerra, lo que resultó aún más complicado por el rechazo de otros países a acreditarlas como tales. Gran ‍Bretaña, ⁤Canadá y Australia negaron su⁣ acreditación, ⁣mientras que Estados‌ Unidos les permitió trabajar, pero prohibió su acceso a⁤ las primeras líneas de combate. Como resultado,⁣ ninguna mujer perdió la vida en ⁤la Segunda⁤ Guerra Mundial , ‌exceptuando a Dickey Chapelle,⁣ que falleció en la guerra de Vietnam en 1965.

El ‌sacrificio de ⁤las corresponsales en la Segunda Guerra‌ Mundial

A pesar de ⁤las⁣ dificultades, algunas mujeres lograron hacerse⁣ un nombre como corresponsales de guerra, pero no‍ todas tuvieron un final feliz. Tal es el caso de Lea Schiavi, ⁤una periodista italiana de izquierdas que fue‌ asesinada en 1942 durante una emboscada en el Azerbaiyán iraní. Sin embargo, su muerte continúa siendo un misterio ya que nadie sabe quién ordenó su asesinato, si fueron los soviéticos por ser considerada una oponente al comunismo o agentes antifascistas al servicio del régimen de Mussolini. Schiavi es actualmente la primera mujer en ser honrada en el​ Freedom​ Forum Journalists Memorial del ‍cementerio de Arlington, donde su nombre aparece junto al de su marido, Burdett, quien trabajaba para ⁣el renombrado periodista Edward R. Murrow en la CBS.

El papel de las mujeres en los medios de comunicación

El tratamiento de las mujeres en ​los medios de comunicación durante la Segunda Guerra⁢ Mundial es ‍un tema controvertido. Algunas naciones, como Gran ⁣Bretaña, Canadá y Australia, se negaron rotundamente‌ a otorgar acreditaciones a mujeres ​corresponsales de guerra, mientras que Estados Unidos permitió trabajar a ⁢las mujeres pero ⁢les prohibió acercarse a las⁢ líneas de combate. Como resultado, ⁣ ninguna corresponsal mujer perdió la vida en la Segunda Guerra Mundial, ‌excepto Dickey Chapelle en ⁣Vietnam en ‍1965. La muerte⁤ de las corresponsales ​femeninas fue ‍llorada por muchas naciones, incluyendo Italia, que perdió a la periodista de izquierdas Lea Schiavi en 1942 durante una ‍emboscada en ‌el Azerbaiyán iraní. Sin embargo,⁢ el sacrificio de Schiavi⁣ no fue en vano, y actualmente es ​la primera mujer homenajeada en el Freedom Forum Journalists Memorial del ‍cementerio de Arlington.

El papel de las corresponsales femeninas en la prensa bajo⁢ el régimen nazi

El papel de las corresponsales femeninas durante el régimen nazi‍ es uno controvertido. A pesar de que las mujeres tuvieron un papel importante en‌ los medios de comunicación durante la República de Weimar, el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels tomó el control de la prensa y exigió que los periodistas se ⁤adhirieran ⁤a sus directrices. Como resultado, Dorothy Thompson fue expulsada de Alemania en 1934 por sus críticas al régimen de Hitler. ⁢Además, Hitler⁤ tenía una opinión despectiva de las mujeres⁤ en general y limitaba el contenido de ​los⁣ periódicos femeninos ​a temas superficiales como la

Implacables corresponsales ⁤femeninas

En la época⁤ descrita, ​los medios ‍de comunicación más populares eran panfletos antisemitas como Der Stürmer o Der Angriff.​ En este último, se puede apreciar la influencia de la periodista Melitta Wiedemann, quien, aunque era una ferviente seguidora‍ del régimen nacionalsocialista, se atrevió a‌ instar a los líderes nazis a ‍revisar su estrategia de guerra y a incorporar a los ciudadanos del Este -uno​ de los grupos más ​masacrados- al Reich. ⁤Sin embargo, sus entrometimientos generaron la enemistad de ​Goebbels.

En ‌los 12 años de gobierno de Hitler, la presencia ⁢de mujeres en el​ mundo del periodismo nunca superó el 10%, aunque su número sí aumentó a partir de 1933. Según el director del ‍ Reichsverband Der Deutschen Presse, una oficina gubernamental ⁢encargada ⁣de regular el sector⁣ de ​la prensa en Alemania, era aceptable que las mujeres trabajaran en publicaciones, siempre y cuando se limitaran a temas «femeninos» como moda o viajes, y no‌ se entrometieran en asuntos de los hombres.

Una corresponsal alemana en el​ extranjero

A⁢ pesar de estas restricciones, hubo ⁤algunas periodistas que lograron publicar​ sus artículos como corresponsales en​ otros países. ⁢Una de ellas fue Margret ⁣Boveri, quien se quedó ​sin trabajo en la Sociedad de Naciones en 1933,⁢ cuando Alemania abandonó la organización. A partir de entonces, trabajó en la redacción del Berliner Tageblatt -cerrado en 1939- y⁤ del Frankfurter Zeitung -clausurado en 1943-. En 1939, fue corresponsal en Suecia, y en 1940, ⁤en Nueva York. Sin embargo, tras el ataque a Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la guerra, Boveri fue ​llamada de vuelta a⁣ Alemania y‍ se vio obligada a trabajar en el ⁤periódico nacionalsocialista Das Reich, cuyo editorial era escrito por el ​propio Goebbels.

Lo curioso‌ es que Boveri nunca fue miembro ‌del partido nazi,⁢ de hecho, fue arrestada en 1935 por la‍ Gestapo por sus posibles vínculos con el Partido Socialista de los Trabajadores, un⁤ grupo clandestino. En‍ su lucha por‌ mantener su trabajo y sobrevivir a la guerra, Boveri escribió⁢ artículos muy críticos sobre los países‍ aliados.⁤ Después de la guerra, ⁤se preguntó, como muchos otros alemanes, por qué había decidido quedarse en la Alemania nazi. A pesar ​de eso, logró ⁣rehacerse y se convirtió en una de las periodistas más respetadas de la posguerra, gracias a su honestidad‌ al enfrentarse a su pasado y sus propuestas para una Alemania dividida en dos bloques.

Después de la⁢ guerra, los hombres volvieron‍ a ser los protagonistas en los medios de comunicación, lo que significó que las mujeres fueran marginadas una vez más. Aunque las⁢ mujeres cubrieron eventos importantes durante la Segunda ‍Guerra Mundial, como⁢ corresponsales de guerra, eso‌ no se repitió en la guerra de Corea en 1950 y, en la década de los 60, cuando Estados Unidos entró de lleno en la⁢ guerra de Vietnam,⁤ el número‌ de mujeres corresponsales era⁢ aún menor que en 1939. No obstante, mujeres como Martha Gellhorn, Dickey Chapelle, Gloria Emerson, Helen Musgrove y la francesa Catherine Leroy se cubrieron la cabeza con sus cascos y se dirigieron a Vietnam para contar su historia.

En conclusión,‌ durante la época del régimen nazi ‌en Alemania, el mundo del periodismo estaba ⁤dominado por ‌hombres, pero algunas mujeres lograron abrirse camino⁢ y cubrir eventos importantes como corresponsales. Desafortunadamente, después de la guerra, las mujeres volvieron a ser marginadas ⁢en los medios de‌ comunicación, pero eso no impidió⁢ que algunas de ellas ⁤se convirtieran en​ voces respetadas en la posguerra.