
En medio de las políticas raciales del Tercer Reich, surgió un programa retorcido y financiado por las SS nazis que buscaba aumentar la población aria tanto en Alemania como en los territorios conquistados después de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de una serie de »fábricas de bebés» destinadas a la grandeza del Reich de los Mil Años, según la visión de Himmler, donde mujeres solteras de «sangre pura» pudieran dar a luz a bebés que fueran racialmente superiores.
Este programa, conocido como «Lebensborn» o «Fuente de Vida«, fue uno de los pilares fundamentales del Partido Nazi (NSDAP) durante el Tercer Reich. Himmler, quien se había convertido en uno de los hombres más poderosos del régimen, dedicó sus esfuerzos a la construcción de una Alemania «pura» racialmente, excluyendo a minorías y al considerado enemigo del régimen, los judíos.
La organización paramilitar de las SS, que había hecho un juramento de lealtad a Adolf Hitler, contaba con una amplia estructura que incluía el programa Lebensborn. Este programa contaba con centros de maternidad para mujeres solteras de «sangre aria» que recibían todos los cuidados necesarios para dar a luz a los futuros «alemanes puros».
El objetivo último del programa era aumentar la población aria en Alemania y en los territorios conquistados, para así asegurar la supremacía racial del Reich. Esto formaba parte de la ideología nazi, que consideraba a la raza blanca aria como superior y al resto como inferiores.
Sin embargo, este programa no solo se centraba en la procreación de bebés arios, sino que también incluía la adopción de niños de indudable origen alemán para ser criados por familias nazis. Además, se llevaba a cabo una selección rigurosa de las mujeres consideradas aptas para participar en el programa, excluyendo a aquellas que no cumplían con los estándares de pureza racial.
A pesar de su objetivo y propaganda, el programa Lebensborn no logró su cometido de aumentar la población aria. Sin embargo, su existencia y las atrocidades llevadas a cabo en nombre de la raza arios han dejado una marca en la historia del Tercer Reich y en la memoria colectiva.Article Rewrite:
En diciembre de 1936, Heinrich Himmler fundó el Lebensborn e. V., una organización cuyo lema era «Mi honor es mi lealtad» al Führer. Este organismo tenía un objetivo depravado en nombre de la gran Alemania que buscaba expandir su «espacio vital» y que finalmente condujo al desastre y a la mayor guerra conocida en toda Europa.
Durante el auge del poder y la locura racial del régimen nazi, Himmler decidió crear centros especiales de maternidad llamados «Manantial de la Sociedad de la Vida» o «Fuente de Vida». Estos centros tenían un propósito específico: proporcionar a las madres solteras de «sangre aria» que se habían quedado embarazadas de hombres de las SS o de la policía. Estas mujeres podían dar a luz en secreto, rodeadas de cuidados exigentes. El objetivo principal era evitar abortos, algo que era repudiado por la ideología nazi, a diferencia de los enemigos del Estado y los considerados «racialmente inferiores», quienes eran sometidos a programas de esterilización forzosa. De esta manera, el Reich no perdería a un miembro más de la «raza aria».
Sin embargo, la verdadera intención detrás de estos centros de maternidad era más siniestra. Los bebés nacidos en ellos eran considerados «arios puros» y eran entregados a familias de las SS que estuvieran dispuestas a adoptarlos. En algunos casos, se convencía al padre de casarse con la madre para formar una familia »perfecta» a ojos del régimen. De esta manera, el programa se convirtió en un campo de pruebas genéticas para comprobar la «pureza» de la raza, una obsesión compartida por el Reichsführer y otros líderes nazis, incluido Hitler.
Incluso para los estándares nazis, este plan era completamente irracional y depravado. Sin embargo, al ser un programa oficial, resultaba imparable y allanaba el camino para una política de exterminio.
Entre los objetivos principales del programa Lebensborn estaba el de proporcionar incentivos a los miembros de las SS y a aquellos considerados »racialmente puros» con el fin de fomentar la concepción de bebés arios. El 13 de septiembre de 1936, Himmler envió una hoja informativa a sus soldados en la que les informaba que la organización Lebensborn se encargaba de seleccionar y adoptar niños «calificados». Esta organización, que estaba bajo su dirección personal, formaba parte de la agencia central de raza y colonización y tenía varias obligaciones: ayudar a las familias «racial y biológicamente valiosas», proporcionar alojamiento para las madres «valiosas» y asistir tanto a las madres como a los niños.
Era considerado un «deber honorable» para todos los líderes de la agencia central (las SS) ser miembros de la organización Lebensborn. El programa tenía como objetivo producir una raza superior cuyo creciente número proporcionaría al Reich, según el jefe médico de la organización, «600 regimientos extra en un plazo de 30 años». Esto demuestra que el régimen nazi se preparaba desde el principio para la guerra. Himmler y Martin Bormann calculaban que el programa podría proporcionar una guardia pretoriana de 400.000 hombres que estaría lista al final de la Segunda Guerra Mundial. Para Himmler, esta era una preparación necesaria para asegurar la victoria del Reich.El programa Lebensborn buscaba promover un futuro liderazgo de la «Raza Superior» al proveer cuidados médicos de excelencia a los niños nacidos en sus centros. Fue establecido en 1936 bajo la RuSHA, Oficina de Raza y Reasentamiento, dirigida por Walther Darré, y administrado por su Departamento de Familias, también conocido como Sippenamt, encargado de la genealogía de nuevos miembros de las SS. En sus comienzos, la entidad tenía la intención de cuidar a viudas y huérfanos de miembros de las SS, pero durante la Segunda Guerra Mundial expandió sus actividades.
Para evitar rumores de que los centros Lebensborn funcionaban como burdeles o clubes oficiales de las SS, se prohibían visitas paternas y la seguridad era reforzada con la presencia de guardias y perros de la organización paramilitar. Heinrich Himmler, Reichsführer-SS, se involucró personalmente en el cuidado de los hogares. A pesar de sus responsabilidades como jefe de las SS y otros proyectos como la Ahenrbe, siempre encontraba tiempo para visitar las residencias y pedir informes sobre el bienestar de los bebés y las condiciones del lugar.
Himmler se convirtió en tutor de cientos de los niños nacidos en los centros, considerándolos como garantes de la pureza de la raza germánica. Los niños que nacían el 7 de octubre, el cumpleaños de Himmler, recibían regalos especiales y eran bautizados en ceremonias paganas con simbología nazi.
El primer centro Lebensborn, llamado Heim Hochland, abrió en 1936 en Steinhöring, a 40 kilómetros de Múnich. Sin embargo, en los primeros años de la década de 1940, el programa no estaba produciendo suficientes nacimientos. A pesar de incentivos y multas, la mayoría de los soldados SS no querían tener hijos que automáticamente se convertían en propiedad del Estado. Esto también sucedía con las mujeres.
Paradójicamente, el programa chocaba con el principio nazi de proteger valores tradicionales como la familia y por ello se mantuvo en secreto del público.
El proceso de selección de padres para los niños fue riguroso, incluyendo un test de pureza racial y preferencia por cabello rubio y ojos azules en las mujeres. También se revisaba el linaje familiar por la RuSHA para garantizar la pureza y ausencia de enfermedades congénitas en al menos tres generaciones. Solo el 40% de las mujeres lograban pasar el test y ser aceptadas en el sistema de guarderías. La mayoría de las mujeres eran solteras y en 1939, un 57,5% de ellas eran solteras y un 70% en 1940.
Las mujeres que daban a luz en el Lebensborn eran madres de los líderes de una futura Nación Aria. Para ello, se comprobaba la pureza de sangre y la genealogía de las mujeres. Foto: Getty.
Las primeras casas Lebensborn fueron equipadas con las posesiones más valiosas de los judíos que fueron enviados al campo de concentración de Dachau. ¿Y qué hacían los niños que vivían en esas «guarderías»? Pasaban sus días al aire libre (siguiendo la máxima nacionalsocialista de estar en contacto con la naturaleza para fortalecer el espíritu), ocupados con actividades, canciones y juegos aprobados por el régimen, y sus cuidadores les enseñaban a ser activos, agresivos y, en definitiva, a convertirse en líderes: los que algún día serían necesarios para el magnífico Estado SS con el que soñaba Heinrich Himmler.
Por supuesto, no todos los niños «racialmente puros» nacieron sanos, y en otro de los retorcidos dramas creados por el nazismo, aquellos que tenían alguna malformación o enfermedad importante eran asesinados casi de inmediato (y en secreto, por supuesto).
«Recolectando» en los países ocupados
A partir de 1940, Himmler se centró en los países ocupados para llevar a cabo su aspiración. En el verano de ese año, ya habían caído Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Luxemburgo, los Países Bajos y Francia, un territorio inmenso que ofrecía muchas posibilidades que le permitían realizar lo que él se jactaba de hacer durante un discurso en 1938: «Pretendo conseguir sangre alemana de cualquier parte del mundo, robándola y recuperándola de donde pueda.» Sin embargo, a las SS no les resultó fácil crear residencias Lebensborn en los países bajo su control. Mientras que en Alemania no habían tenido ni de cerca el éxito que la Orden Negra presumía, en otros lugares encontraron una resistencia férrea. Por ejemplo, en Francia, las mujeres que estaban embarazadas de algún oficial alemán se enteraron de que, si iban a los centros Lebensborn, podían salir de allí sin sus hijos, por lo que la gran mayoría se resistió a acudir a las guarderías.
Todo fue diferente en Noruega. El gobierno de Vidkun Quisling colaboraba abiertamente con el Tercer Reich y permitió la creación de 9 centros Lebensborn en el país, lo que entusiasmó a Himmler, ya que consideraba a los noruegos descendientes de los vikingos y las mujeres por lo general tenían pelo rubio, ojos azules y una «sangre fuerte», su ideal de raza nórdica.
A menos que tuvieran antepasados judíos, se les otorgaba una validez racial absoluta a los hijos que engendraran. A las mujeres noruegas se les ofrecía comida de alta calidad, matronas y atención médica, todo un sistema hospitalario dentro del sistema. Pero el Lebensborn e. V. escondía una trampa: sus hijos no eran de su propiedad. Una vez que entraban en las »guarderías» dispuestas a dar a luz, sus cuidadores les obligaban a firmar un documento en el que se decía que sus hijos pasaban a ser propiedad del Estado alemán.
Después de nacer, los enviaban a Alemania, a familias de acogida «puras raciales», clínicas de maternidad, etc. Se estima que entre 6.000 y 12.000 hijos de los nazis nacieron en Noruega en el marco del programa SS. En otros países, la estrategia fue muy diferente, como en el caso de la Polonia ocupada. Si no era posible crear niños racialmente puros, los robaban. Por ejemplo… (Aquí falta una parte del texto original)o, en el este del país, que había sido en parte alemán, los SS llevaron a cabo con insistencia dichos planes. Mientras cientos de miles de personas eran enviadas a los campos de concentraciónpara una muerte casi segura en el marco de la siniestra política del exterminio, aquellos niños que los SS consideraban adecuados para la «germanización» ingresaban en las residencias Lebensborn. Antes de esto, debían someterse a pruebas raciales llevadas a cabo por la RuSHA, como mediciones craneales, lo que ocasionaba que muchos candidatos no fueran seleccionados.
Como fuerza policial (con el apoyo de la Gestapo), los SS tenían autorización para ingresar en las casas, hospitales y escuelas, y determinar si había niños que encajaban en el ideal ario, y luego secuestrarlos. Se estima que solo en Polonia, la organización paramilitar nazi secuestró a unos 200.000 niños. Muchos de ellos fueron enviados a campos de reeducación, donde se les inculcó la ideología nazi al igual que se hacía en los campamentos de la Juventud Hitleriana.
El desmantelamiento final y el silencio
Los SS falsificaban documentos y certificados de nacimiento para los niños que llegaban a las residencias Lebensborn, cambiando sus nombres, apellidos y en algunos casos, incluso su fecha de nacimiento real. Luego, eran mandados a vivir con familias de acogida alemanas que, en muchos casos, no tenían conocimiento de su origen polaco. Después de la guerra, muchos de estos niños no fueron informados sobre su participación en el programa o tardaron décadas en conocer la verdad. Muchas madres adoptivas alemanas prefirieron mantener en secreto todo lo relacionado con el nazismo por la vergüenza y el estigma que suponía.
A día de hoy, no se conoce con exactitud cuántos niños fueron trasladados por el programa Lebensborn e. V. o por otras organizaciones ya que los archivos fueron destruidos por los miembros de las SS antes de la llegada de las tropas aliadas. Después de la guerra, en Núremberg se juzgó a los líderes de la organización, acusados de secuestrar y reubicar niños en familias alemanas. Sin embargo, solo se confirmó que 360 niños fueron trasladados por miembros de la Lebensborn y los acusados fueron absueltos de los cargos de secuestro. De esta manera, estos niños robado, abandonados y estigmatizados nunca vieron justicia .
En noviembre de 2006, según se informó en la BBC, se llevó a cabo una reunión de niños de «raza superior», también conocidos como descendientes del Tercer Reich, como una forma de desacreditar los mitos y sanar el pasado. La mayoría de estos niños nunca volvieron con sus familias biológicas y muchos nunca conocieron su verdadera identidad. Hacia el final de la Guerra, en 1945, se estima que alrededor de 250.000 niños fueron secuestrados, de los cuales solo aproximadamente 25.000 regresaron a sus hogares. Esta fue otra de las muchas tragedias humanas causadas por el plan nacionalsocialista para conquistar el mundo.